Todas las generaciones guardan de su pasado lo que hoy son “historias” de su economía doméstica. Altagracia, por ejemplo, recuerda cuando hacia 1983 se iba “por la orillita”, según la recomendación de su abuela, a comprar una libra de pollo con 74 centavos. A Daniel también le llegan a la memoria sus momentos de bonanza económica. En la panadería en que trabajaba, hacia 1974, devengaba un sueldo de 10 pesos a la semana. Para él era más que suficiente: podía ayudar a su mamá y llevar a su novia a “La Mecedora” todos los sábados.
El consumo mínimo era de tres pesos con 10 centavos, es decir, dos cervezas. Él las cambiaba por refrescos, porque no tomaba alcohol, y con el cambio el mozo que le atendía se ganaba una sustancial diferencia.
En La Cafetera, el bar café por excelencia de la Zona Colonial, refugio de bohemios e intelectuales, se podía disfrutar de un club sandwich en los años 70 con apenas 80 centavos. Hoy hay que pagar 145 pesos. Sentado en una de las barras del bar, Mariano Rodríguez recuerda que en 1974 ganaba 18 pesos a la semana pero por una noche en un hotel -con bebidas incluidas- apenas pagaba 1 peso. “Renuncié, me puse a ‘chiripiar’ en una fábrica y cobraba 27 pesos a la semana. Era rico. En tres meses reuní 200 pesos y me puse a vender quinielas”.
Para 1978, viajar a Haití y hospedarse en uno de los hoteles más famosos del mundo, el Habitación Leclerc, costaba 195 pesos al contado, mientras que un viaje de cuatro días a Bogotá con AeroCondor, con todo incluido menos el almuerzo, se hacía con 285 pesos.
Ese mismo año, el consumo mínimo en el Hotel Embajador ascendía a 8 pesos los viernes, sábados y domingos, y a 5 pesos los martes, miércoles y jueves. Una residencia en Los Pinos de Arroyo Hondo, 1) con tres habitaciones, tres baños, salas, comedor, cocina, salón de música, estudio, estar, baño para visitas, piscina y un área de servicios con dos habitaciones se vendía en junio del año 1983 a RD$330,000, según un anuncio colocado en el LISTÍN DIARiO.
Treinta años antes, en 1953, la colchonería La Reina anunciaba en El Caribe que ofrecía colchones de plaza y media de guata pura a RD$12. También ese año, con la frase “usted podrá oír la pelota donde quiera que se encuentre”, se promociona el último modelo de radio “Pelotero” L-406 a RD$98 a plazos, con pagos mensuales de RD$10.50 Cuando se habla de la “crisis económica”, ¿todo tiempo pasado fue mejor? Los economistas explican que para calcular el valor real del sueldo de una persona no se considera a cuánto ascienden estas cifras, sino el poder adquisitivo que éstas poseen.
Para Daniel, aquellos 40 pesos mensuales rendían para mucho, incluso para disfrutar una vida social, sin excesos, pero satisfactoria. En la actualidad, en términos nominales, su sueldo es 500 veces más alto, pero en términos reales, ya no puede darse ciertos lujos.
Si bien los sueldos son ajustados a la inflación, este ajuste no siempre se corresponde con el aumento que se hace a los productos, por ejemplo, de la canasta básica. Por el contrario, éste supera el Índice de Precios al Consumidor, según explica el economista Alejandro Fernández. Es decir, mientras un sueldo se eleva en un porcentaje correspondiente a la inflación de ese año, los precios de los productos también son ajustados, pero en un porcentaje mayor al que sugiere ese índice.
Así, el pollo que
Altagracia compraba en el año 83 a 74 centavos la libra, y que once años después, hacia 1994, le costaba 9.50, debía costar en realidad tan sólo 8.30. Su abuela, que se encontraba que ese 13 por ciento del aumento de la carne era desconsiderado, tenía toda la razón, aún cuando no entendiera nada del Índice de Precios al Consumidor.
La afirmación de que “antes el dinero rendía más” no es sólo una apreciación de los que se aferran a los tiempos “de cuando cuca bailaba”. Basta sólo con calcular el Índice de Precios al Consumidor de algunos productos de la canasta básica, y comparar fechas específicas en que la gente reportó holgura económica con los precios de décadas posteriores, para darse cuenta de que la diferencia supera aquello que debía ser el precio justo. (Ver infografía).
A este cálculo, que sólo se refiere a los gastos, se añade el hecho de que los salarios se ajustan de acuerdo al IPC y no al precio real de los alimentos. De lo que se desprende que, efectivamente, el dinero nunca rendirá lo mismo no sólo que en décadas pasadas, sino también lo que rendía hace unos meses.
Calcule su poder adquisitivo
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) es un indicador de cómo se ajusta el ingreso de un trabajador a las fluctuaciones de los precios de aquellas cosas que más consume (alimentos, salud, entretenimiento). También permite conocer el verdadero poder de compra de un trabajador. Si se pregunta cuánto gana en términos reales, la fórmula para calcularlo es muy sencilla. Basta con dividir su salario neto anual (es decir, lo que le queda tras los descuentos) entre el IPC (cifra que aporta el Banco Central) y luego multiplicarlo por 100. Éste será su salario al término de un año.
También puede calcularse mes tras mes. Así, un empleado que devenga un sueldo RD$4,485.00 y desea saber de cuánto dispuso realmente en el pasado mes de marzo, sólo tiene que dividir su sueldo neto por 308.9, que fue el IPC de ese mes, según reporta el Banco Central, y multiplicarlo por 100. Su ingreso real equivaldría a poco menos de RD$1,451.00. Ese fue su verdadero poder adquisitivo para ese mes. Puede que haya notado que el dinero le alcanzó menos que en el mes pasado. Tenía razón, pues en febrero, el IPC fue de 302.91.
Riquezas que no se ven
En la infografía se explica cuál debería ser el precio “justo” de los alimentos, tomando en cuenta el Índice de Precios al Consumidor. Ahora bien, ¿puede considerarse este índice como una medida también “justa”? Los economistas se debaten en torno a ello. En República Dominicana, el cálculo de la inflación es aportado por el Banco Central, una institución que no opera de manera independiente del Gobierno, contrario a como funciona en otros países, donde éste indicativo es calculado por instituciones independientes.
Sin tomar en cuenta las variables que la determinan (los precios internacionales, el cambio climático, el precio del barril del petróleo), la inflación suele atribuirse a un mal desempeño económico del Gobierno Central, por lo que algunos expertos piensan que esas cifras son menos que exactas, sobre todo porque no siempre se reflejan en la ciudadanía.
Según informes del BC, citados por el economista Miguel Sang Ben, República Dominicana está entre los tres países de la región con mayor tasa de crecimiento económico en los últimos 30 años. ¿Por qué esa riqueza no se ve? Sang Ben explica: “El hundimiento o resurgimiento de la clase media es lo que te puede decir si la distribución del ingreso ha funcionado o no ha funcionado.
Dado que nuestras instituciones no son democráticas, la distribución del ingreso no es equitativa, lo que quiere decir que la distribución se ha concentrado para los que ya tienen ingresos mientras que los que no tienen, se han empobrecido más. Así, los niveles de pobreza y riqueza se han disparado en los últimos 50 años, los ricos han sido más ricos y los pobres más pobres.”