
La lluvia es el único recurso que tenemos como fuente para el abastecimiento de nuestros ríos, cuidar su manejo es vital para las actuales y futuras generaciones.
A través de los años la distribución del preciado líquido entró en un estado de abandono tal, que al inicio del gobierno del presidente Luis Abinader, la mayoría de comunidades se encontraban sin el servicios.

Las grandes obras fueron la prioridad en gestiones pasadas en materia de agua potable, pasando a cuarto plano los pequeños acueductos, plantas de tratamiento, drenajes, tuberías y demás.
Evaluando los resultados obtenidos hasta el momento por Welington Arnaud al frente del INAPA, debemos reconocer que estos treinta meses han sido los de mayor provecho en el tema del agua para República Dominicana. Desde el inicio de su gestión hemos visto una entrega total para que cada municipio del país tenga el preciado líquido; quedando a un lado el orden de prioridad de grandes proyectos, sin descuidarlos.

La gerencia moderna se caracteriza por la eficiencia, cualidad que vemos en práctica en esta gestión, pues, en cada rincón del país vemos construcción y ampliación de acueductos, plantas de tratamiento, drenajes, arreglos e instalaciones de nuevas bombas, sorteos de lotes de obras de forma diáfana, abierta e inclusiva, miles de kilómetros de nuevas tuberías, mejor tratamiento del agua, mejoras en la cobranzas y un manejo pulcro de los fondos asignados.
Impactar todo el país ha sido la meta trazada, meta que se ha logrado y que la sociedad en su conjunto aplaude.