La sostenibilidad emerge como un eje estratégico dentro del sistema financiero dominicano. Según un reciente informe de la Superintendencia de Bancos (SB), el 61% de las entidades de intermediación financiera (EIF) en la República Dominicana no ofrece productos financieros sostenibles, es decir, apenas el 39% sí brinda “créditos verdes”.
El documento “Hacia un sistema sostenible e inclusivo 2025”, elaborado por la SB, indica que los préstamos sostenibles ofrecidos por las EIF están destinados principalmente a proyectos vinculados con paneles solares, reformas estructurales y vehículos eléctricos, con un total de 20,372 unidades en los últimos cinco años, lo que representa un aumento interanual del 40%.
El informe destaca que el 45% de las entidades financieras cuenta con políticas vinculadas a la sostenibilidad, resaltando acciones en eficiencia energética, reciclaje, gestión de residuos y financiamiento verde.
Desde la perspectiva de la demanda, señala que el 65% de los usuarios considera la sostenibilidad como un aspecto muy importante en los servicios financieros, aunque el 43% desconoce si su entidad ofrece productos de este tipo.
“Estos hallazgos evidencian la necesidad de fortalecer la comunicación, la transparencia y la educación financiera verde, fomentando así una cultura de sostenibilidad dentro del sector financiero”, establece el informe.
Según el “Informe final del programa piloto de la Taxonomía Verde de la República Dominicana”, seis entidades de intermediación financiera (EIF), entre ellas cuatro bancos múltiples y dos bancos de ahorro y crédito, reportan una cartera de créditos verdes que alcanza los RD$158,000 millones, distribuidos en 2,460 operaciones que cumplen con la taxonomía verde.
De este total, el 12%, equivalente a RD$18,000 millones, está dirigido al sector industrial dominicano. El análisis, elaborado por la SB con apoyo de organismos internacionales como el Banco Mundial y con datos actualizados hasta abril de 2024, indica que, de las 361 operaciones elegibles en este sector, el 52% corresponde a la fabricación de tecnologías bajas en carbono, incluyendo la producción de vehículos y aparatos eléctricos.