Rolando Martínez Agüero
Con la excusa de garantizar justicia social y económica, las regulaciones del mercado laboral y las leyes de salario mínimo se han promocionado como una panacea para promover prácticas laborales “justas” y reducir la desigualdad de ingresos. Sin embargo, estas políticas en realidad le quitan flexibilidad al mercado laboral y tienden un efecto contrario y consecuencias no deseadas como un aumento del desempleo y la informalidad laboral. Este trabajo busca demostrar cómo las regulaciones del mercado laboral -tales como las leyes de salario mínimo- son políticas bien intencionadas, pero, en última instancia, equivocadas que no logran los objetivos previstos e incluso pueden dañar a aquellos a quienes buscan ayudar.
El efecto que tienen las regulaciones en los ingresos
En los países con menos regulaciones en el mercado laboral, en promedio, los ingresos son más altos. En la Gráfica No. 1 se muestra una relación entre la puntuación en regulaciones en el mercado laboral del Índice de Libertad Económica 2022 elaborado por el Fraser Institute y el PIB per cápita promedio en el periodo 2015-2021.
El indicador de regulaciones en el mercado laboral es el resultado del promedio simple de la puntuación otorgada a seis tipos de regulaciones laborales; y el mismo intenta medir hasta qué punto están presentes estas restricciones en la libertad económica de cada país. Las regulaciones tomadas en este indicador son: 1) normas de contratación y salario mínimo; 2) normas de contratación y despido, 3) negociación colectiva centralizada; 4) reglamento de horario; 5) costo obligatorio del despido de trabajadores; 6) regulaciones relacionadas con el reclutamiento.
El indicador es de 0 a 10, donde 10 es la mejor puntuación. Como se puede observar en la gráfica, existe una relación positiva entre un mercado laboral más flexible y el PIB per cápita. Las regulaciones excesivas en el mercado laboral tienen un efecto palpable en el ingreso de las personas.

Sobre las leyes de salario mínimo
Los salarios son resultado de acuerdos libres y voluntarios entre individuos que necesitan trabajar y personas que necesitan contar con las habilidades de esos individuos para producir los bienes y servicios demandados por los ciudadanos. En este sentido, los salarios están determinados por la contribución individual que cada trabajador realiza en el proceso productivo, es decir, su nivel de productividad.
La productividad de cada trabajador debe cubrir el costo que representa mantenerlo dentro de los procesos productivos. De lo contrario, esto implica un trabajo más caro –medido por unidades producidas. En consecuencia, se tiene un mayor costo de producción que es pasado a los consumidores por medio de los precios finales de los bienes.
“Una consecuencia directa de salarios mínimos por encima de mercado y otras regulaciones estatales que incrementan el costo laboral (no-salarial) es mayor desempleo. Cuando los salarios por ley o regulación se definen por encima de los que surgen de la libre negociación y los costos a empleadores son altos, desincentiva la contratación de trabajadores en la economía. Esto penaliza principalmente a los que no tienen empleo, a los trabajadores menos calificados y jóvenes que se integran al mercado laboral todos los años”.
Además, “las regulaciones laborales limitan las libertades individuales de las personas quienes son dueñas de su trabajo y, como tal, están facultadas a ofertarlo de acuerdo a las condiciones que resulten de la interacción voluntaria entre empleadores y empleados. En consecuencia, la libertad de contratación y de oferta laboral es incompatible con la aplicación de legislaciones laborales que ocasionan que personas que tienen que ofrecer su trabajo por debajo de los salarios mínimos vigentes queden privadas de poder ser empleadas o tengan que hacerlo al margen de lo establecido por las leyes vigentes”.
Las regulaciones laborales perjudican a los mismos individuos que pretenden ayudar. Además de limitar la oferta de empleo y provocan más informalidad.
¿Aumenta el salario mínimo el salario de los trabajadores?
Como ya se mencionó, los salarios surgen de la interacción entre los empleadores, que buscan adquirir habilidades laborales, y los trabajadores, que ofrecen sus destrezas para cubrir esa demanda. Sin embargo, los salarios que perciben los trabajadores están sujetos a la influencia de diversos factores, al igual que ocurre con los demás precios.
Ciertamente, la productividad, es decir, la rentabilidad que aporta el trabajador al participar en el proceso productivo es el factor inicial para considerar en el proceso de determinación de los salarios. Más allá de su condición física, competencia intelectual y conocimientos específicos sobre el área en la que se desempeña el empleado. Los salarios tenderán a ser determinados por otros factores, “algunos de estos … son inherentes a los procesos productivos particulares, otros lo son a la economía como un todo”[3].
De igual forma, existen otros elementos como la complementariedad entre trabajo y capital, la forma en la que el empleado interactúe con los demás empelados que también inciden en la productividad general de los procesos, y las estrategias, los sistemas de organización y las políticas empresariales también influyen en el valor de la producción y, por tanto, en la compensación que se otorga a los trabajadores.
En este sentido, las políticas públicas deben concentrarse en lograr un aumento duradero en los ingresos de los trabajadores, mediante incrementos en la productividad.
La rigidez que crean las regulaciones excesivas y, en específico el salario mínimo, no es favorable para el salario de los trabajadores. Como se puede apreciar en la Gráfica No. 2, en los países de Europa que no tienen salario mínimo fijado por ley los trabajadores tienen salarios promedio anuales superiores a los que sí tienen salario mínimo.
En 2021, el salario promedio de los países europeos sin salario mínimo fue de 57,514.8 euros, mientras que el de los países con salario mínimo fue de 27,709.0 euros. Es decir que el salario promedio de los países que no tienen legislaciones de salario mínimo es 2.1 veces mayor.

Además, es preciso resaltar que en los últimos 10 años de los cuales se tiene información (2011-2021) la tasa promedio de desempleo anual de los países sin salario mínimo ha sido 1.4 veces menor (6.5%) que la de los países con salario mínimo (9.0%) [Gráfica No. 3].

Los salarios mínimos en República Dominicana
Como se puede apreciar en la siguiente tabla, en República Dominicana existen veinte salarios mínimos según el sector y el tamaño de la empresa contratante. En adición a esto existe una serie de distintas tarifas de salario mínimo a destajo, es decir, tarifas mínimas que se deben cobrar según del trabajo realizado, para los diferentes trabajos realizados por albañiles, varilleros, pintores, electricistas y plomeros.
Las leyes de salario mínimo son una distorsión en cualquier mercado laboral. El hecho de que existan tantos salarios mínimos solo empeora la situación y hace que el mercado sea más complejo.
Es importante destacar que la distinción de salarios mínimos según el tamaño de los activos presenta un desincentivo la inversión privada, debida a que aumentar los activos de una empresa mediante inversiones implica un aumento en las obligaciones laborales del empleador. De igual forma, es preciso destacar que en la práctica resulta complicado asegurar el cumplimiento de las tarifas de salario mínimo a destajo, ya que esos trabajadores son contratados para realizar tareas específicas en un plazo determinado.


Consideraciones finales
Es loable querer proveer protección a los trabajadores y que los mismos sean compensados de forma razonable y conforme a los deseos del mismo trabajador. Sin embargo, no tiene sentido proteger, por un lado, y restringir oportunidades y fomentar los acuerdos fuera de la legalidad por el otro. Las regulaciones excesivas en el mercado laboral limitan la flexibilidad de este, reducen la cantidad de oportunidades de empleo y fomentan la informalidad en el mercado laboral. Además, los salarios deben ser el resultado de acuerdos libres y voluntarios entre empleadores y trabajadores, basados en la productividad del trabajador y no en la regulación estatal.